lunes, 26 de abril de 2010

UNA LUZ AL FINAL DEL TÚNEL


En esta crónica voy a contarles sobre un personaje, que mas de uno conocemos y que otros hemos visto cantando en la calle, este hombre que sale todos los días y se para al frente de una iglesia a cantar y esperar escuchar que su taza suene al caer una moneda. Este hombre que aguanta sol y lluvia, y que todos al pasar lo miramos cantando y deslumbrando con su coro.

Hablamos de José mesías ortega un cieguito nacido en Ipiales en el año de 1951, una persona que desde niño fue siego y desde sus tiempos, ha venido superando los obstáculos de la vida por no poder ver las cosas como son. Aquí vamos a conocer parte de su vida y todo ese tejido de identidad que tiene este hombre que llama la atención, cuando pasamos por la calle.

José mesías ortega un ipialeño de corazón que hizo hasta 5 grado de primaria y que no pudo terminar sus estudios, por su problema de ser invidente. José nos cuenta que en sus tiempos de muchacho, su mama lo iba a dejar a la escuela y que logro terminar hasta 3 de primaria y eso con muchos esfuerzos, por que s ele dificultaba lograr entender las cosas y sobre todo aprender a escribir bien. Nos cuenta que sus compañeros del colegio, se le burlaban y le tiraban papeles y lo colocaban adivinar quien le pego, todas estas bromas que de niños se aprenden.

José nos decía que su padre se avergonzaba del el y que una vez que iba por la calle, lo presento como su sobrino y que desde entonces, comenzó a sufrir a causa de este problema. Cada vez que salía de clases de la escuela a la cual asistía, tenia que esperar a que su mama llegara y lo recogiera, nos cuenta que es una vida muy dura, ya que no poder ver y aprender signos que nos pueden ayudar mucho en nuestra vida.


En las tardes me sentaba y escuchaba la radio y los cantos religiosos que pasaban por las estación de radio, ahí comencé a cantar y seguir con esta forma de vivir. Después de un tiempo ya no pude seguir mi vida normal como los demás niños, de jugar, correr y sobre todo mirar una chica y enamorarme. Es duro vivir de esta manera, ya que muchas personas abusan de uno y se te burlan, otras se admiran de tu problema, pero a pesar de todo seguí adelante.

Pasaron unos días y me retire de estudiar y la profesora cecilia vino a mi casa a regalarme unos casetes de música en los cuales todas las tarde escuchaba y me aprendía, así siguieron pasando los años y aprendí a tocar la guitarra, no puedo decir que la toco bien, pero aunque sea la se rasgar y sacar la melodía. Día tras día asistía donde don Gerardo a escuchar como el tocaba la guitarra, don Gerardo es un vecino que vive a tan solo 4 casas de la mía y todos las tarde iba a la casa de el, al principio mi mama me iba a dejar, pero después aprendí el camino y comenzó a irme solo y aprender un poco de mi alrededor.

Las personas en las calles me saludaban y me decían “hola chepito, como estas, como van esas canciones” y yo les respondía bien ya he aprendido varias. José Mesías nos cuenta su vida de una manera que a todos llama la atención, por que a pesar de su problema de no poder ver, a logrado salir adelante.

El tiempo pasó y aprendí unas canciones religiosas y a tocar la guitarra, en épocas de navidad asistía a las novenas y cantaba las canciones alegóricas al niño Jesús y me fui inclinando por esta música, que no gana nada, pero llena de paz el alma. José Mesías un hombre que le encontró un motivo a su vida y que desde entonces el canto ha sido su compañía en ese mundo oscuro que vive día tras día.

Uno de sus pasatiempos es escuchar cuentos y sobre todo la radio, que es donde uno mas aprende. Pasaron los años y tenia que seguir adelante con mi vida y no podía depender siempre de mi mama, ya que era una mujer que a sufrido mucho por mi problema y que además tenia ya su edad. Después comencé a irme con unos músicos a cantar a la iglesia delas lajas, donde en tiempos de semana santa cantaban y rezaban lo correspondiente a los cantos bíblicos, de esta forma ya conseguí algunas monedas que aprendí a diferenciar unas de otras, sobre todo las de 1000 pesos que en uno tiempos se transitaron, pero que jamás volví a sentir con mis dedos.

Así comencé a salir de mi casa y valerme por mi mismo, créame es duro pero una persona como yo, que le sobra el tiempo después se acostumbra a vivir de esta manera.

Logre comprar una guitarra y practicar las melodías que después serian el pan de cada día, el cual ahora tener gracias a mi dios. José mesías nos cuenta que lea costado vivir sobre todo porque tener que imaginarse la vida y sentir a través de sus oídos los sonidos y el valor de la comunicación

Uno de mis sueños era viajar por el mundo y cantar mi música, aunque no puedo ver, pero se que formando un grupo de música, podré salir y escuchar nuevas formas de expresión. Y así lo hice, no conforme el grupo pero me llevaron unos padres a Perú, donde asistí a un convento y cante mis canciones a todos los asistentes, sentí sus aplausos y pienso que les gusto, por eso lo hacían.

Después de estar en ese convento, volví a mi casa y me vine a pasto donde una tía, que me recibió en su casa y le pedí un tiempo de posada, que lo pagaba con las modernas que reviera de las limosnas de la gente. Así lo hizo primero me estacionaba en las calles, pero una vez me perdí y mi tía se preocupo y no crea también me asuste, pensé que nunca regresaría a mi casa.

Todos los días salía en las mañanas y regresaba en la tarde con algunas monedas, le ayudaba con la comida, aunque era poco, me decía que algunos días me iba bien, otros me iba mal. Pero así es esto.

Un día me situé en la puerta de la iglesia de san Juan bautista y me iba mejor, recuerdo que aquel día recogí muchas monedas, que me sirvieron para comprar unos zapatos de grulla y poder caminar mas por las calles de pasto. Pienso que me va mejor en esta ciudad, ya que no puedo ver quien me regala una moneda, pero le doy gracias a dios, que alguien me de algo de su dinero.

Pasaron los días y el padre Alvares, me dijo que cantara en la iglesia y ayudase en el coro con las canciones, fue una gran oportunidad, ya que así podría mostrar las canciones que he compuesto y cantarle a la gente. Me sentí muy feliz porque de una manera ayuda en la iglesia y aunque ganaba poco, era una gran satisfacción alabar a mi Dios. Me llevaron a la emisora ecos de pasto y también cantaba con los cantos que el padre me decía; supe que era una emisora, por que se asemejaba a cuando yo la escuchaba, aunque para mi estado todo era oscuridad en mi vida, encontré una luz con mi canto.

Mas tarde conocí a una mujer, su nombre es Sandra o así me decía la gente, ella le ayudo a mi tía un tiempo trabajando con los oficios de la casa. Hubo un tiempo que estuve enfermo y entonces ella me cuidaba y me daba de comer, me pasaba el plato y le decía que yo podía comer solo, pero insistía y me daba de comer. No puedo entender que halla gente tan terca y pues con el pasar del tiempo, me sacaba a caminar y me ponía a cantar, por lo cual la gente me brindaba una moneda.

Así pasaron los días y me fui a vivir con ella, mientras vendía dulces yo cantaba y recibo cualquier caridad que la gente me pueda brindar, se que con mi estado es difícil salir adelante, pero he encontrado una luz en tanta oscuridad, que me da animo para sentarme en la puerta de la iglesia y cantar.

A veces me peleo con otros que pasan y se burlan de mi, pero al final no puedo hacer nada por mi ceguera, pero así vivo mi vida y espero antes de morirme poder ver cono algunos lo hacen. Hay compañeros que dicen que Sandra me engaña y que esta con otro hombre, me he sentido mal y mi corazón llora, pero no puedo hacer nada y lo único que puedo hacer es cantar por unas cuantas monedas que la gente le nazca darme.

Así me conocen todos, como el cieguito de la iglesia de san Juan, no conozco la iglesia, pero se que me paro todos los días y aguanto sol y lluvia, por mi sustento diario.

José Mesías, nos cuenta que ha compuesto la canción panteón generoso. La consultamos en internet, en libros de historia de pasto y músicos de Nariño y la canción existe, pero no la compuso este personaje, aparecen muchas referencias de otros autores.





FUENTES CONSULTADAS



• José Mesías Ortega (primaria)

• padre Alvares iglesia de san Juan bautista

• Sandra esposa de José Mesías

• Comentarios oficina ecos de pasto, don Alberto Martínez

viernes, 23 de abril de 2010